lunes, 9 de septiembre de 2013

Programa Mínimo y Básico para La Unidad y La Lucha por La Liberación Nacional

(Colectivo Avanzar)
- No al pago de la ilegal y fraudulenta deuda externa, comenzando a la vez a pagar la deuda interna con nuestro pueblo
- Inmediato aumento de salarios y jubilaciones, teniendo en cuenta el real costo de la canasta familiar.
- Establecer el 82% móvil para los jubilados.
- Derogación del IVA y el impuesto a  las ganancias a los trabajadores asalariados (el salario no es ganancia) y establecimiento de un impuesto a las transacciones financieras, además de efectuar toda una reforma impositiva, tendiendo a que más pague el que más gane.
- Eliminación de la inflación, que es realmente un robo al ingreso del trabajador.  Control de precios desde el origen, desde la producción, con la participación de los trabajadores en cada empresa.
- No al trabajo en negro o tercerizado.  Respeto a la jornada de 8 horas y su paulatina disminución a 7 hs, con mantenimiento del nivel de salarios, de manera de ir eliminando la desocupación abierta o encubierta con los planes “Argentina trabaja”.  Trabajo genuino para todos.
- Lucha contra la burocracia sindical empresarial, cómplice de toda esta política antiobrera. Construcción de un sindicalismo democrático y clasista, aspecto fundamental para todo proceso liberador  liderado por la clase trabajadora.
- Efectiva reestatización de las empresas privatizadas, sin indemnización y bajo la dirección  y control de los trabajadores y de los usuarios.
- Defensa de la salud y la educación pública, con un importante aumento del presupuesto para tal fin.  Considerar a cuestiones esenciales como la salud, la educación, el trabajo o una vivienda digna, como derechos humanos básicos.
- Recuperación de nuestras riquezas naturales y el cuidado del medio ambiente. No a la megaminería y el fracking y realización de obras hídricas a fin de evitar el desastre de las inundaciones, proveyendo a la vez de agua potable para toda la población.
- Solidaridad con la Comunidad QOM y con todos los pueblos originarios, que son reprimidos y asesinados para seguirles robando sus tierras por la “patria sojera”, que cuenta con el apoyo del poder político a todo nivel.
- Reforma agraria, entregando la tierra a quien la trabaja, e impulsando la conformación de cooperativas.
- Basta de represión y persecución política a los luchadores populares. Desprocesamiento y libertad a todos los presos por luchar.
Derogación de la ley antiterrorista, que debería ser llamada ley terrorista contra el pueblo.
- Trabajar constantemente dando nuestra humilde contribución en la construcción de un nuevo bloque de poder de los trabajadores, ocupados y desocupados, y demás sectores sociales, desde la base y a todo nivel, garantizando un real protagonismo popular, como única forma de producir un efectivo cambio en la relación de fuerzas y desplazar del dominio de nuestra sociedad a la gran burguesía internacional y local, íntimamente asociadas, en un proceso ininterrumpido de liberación nacional y social, socialista.
- El alcanzar este objetivo implica imprescindiblemente una fuerte y amplia labor ideológica cultural, incluyendo la contienda contra todo tipo de dogmatismo y cerrados sectarismos, a través de una verdadera "batalla de ideas". Tener siempre en cuenta que un mundo nuevo significa un nuevo y auténtico humanismo, un hombre mujer nuevos, como lo señalara el Che.
Nuestro apoyo y solidaridad con todos los pueblos del mundo que luchan por su liberación.

Con la Utopía No Se Jode

(Colectivo Avanzar)
Siempre es conveniente volver a señalar que la crisis mundial, aún no superada, no es la crisis de un modelo sino del capitalismo.
Periódicamente el sistema vigente sufre cataclismos inevitables, fruto de sus contradicciones internas, particularmente la que se da entre la producción en constante crecimiento, acelerada por la revolución científico-técnica, y un limitado consumo provocado por la explotación extrema de los trabajadores y demás sectores populares, que hace que más de 1000 millones de personas pasen hambre en el mundo, y otras tantas estén en situación de máxima pobreza.
Como contrapartida, en el mundo actual un pequeño grupo de aproximadamente cien mil magnates de las finanzas, llegaron a poseer cada uno la modesta cifra de 150.000 millones de dólares.
Por el otro lado, los pobres son cada vez más pobres, pero les continúan ajustando los salarios y se recortan las prestaciones sociales, en especial la salud y la educación, a la vez que se subsidian a los bancos y a las grandes empresas.  Basta con recordar que solo la Unión Europea cuenta con más de 26 millones de desocupados.
Todo este grave e injusto panorama se da en el contexto de una concentración e internacionalización de la economía, que intensifica la dependencia de los países marginales del sistema, llamados hipócritamente “países emergentes”.
No escapa nuestra nación a esta cruda realidad, donde dicha concentración y centralización es muy evidente, manteniéndose en avance en los últimos diez años, quedando claro para quien fue “la época ganada”. Veamos brevemente algunos ejemplos:
Una sola empresa, Siderar, concentra el 99% de la chapa laminada.  Una empresa, Aluar, tiene el monopolio absoluto del aluminio. Tres empresas concentran la venta de cemento.
En alimentos, Bimbo concentra el 70% de la fabricación de pan lácteo;  Arcor y Danone (La serenísima), el 73 % del mercado de las galletitas;   esta última, La serenísima, y Sancor, concentran el 70% de la leche y sus derivados.  Sólo 3  cadenas de supermercados, concentran el 83% de las ventas.
Estos grandes grupos monopólicos, son también llamadas “los formadores de pecios”, o sea tienen mucho que ver con la creciente inflación, que ya apunta a superar el 25%., que como un ratón, carcome constantemente el ingreso de los laburantes. Además de un 40% de los trabajadores en negro o tercerizados, que cobran cerca de la mitad de los que se rigen por convenio, amén de la limosna que cobran el 75% de los jubilados, con el  nombre de ingreso mínimo.
Pero aún hay algo tanto o  más serio. La desnacionalización de las empresas llega a un 65%, aún mayor a lo sucedido en la negra noche menemista.  De modo tal que de las 500 empresas más importantes alrededor de un 75% son de capital extranjero.     
Entre las empresas más importantes que han pasado a manos extranjeras están Pérez Companc, Loma Negra, Quilmes, Acindar, Gatic, Jumbo, Disco, Vea,  entre otras.
No se puede dejar de agregar los recientes acuerdos con Monsanto, una transnacional que controla el 90% del mercado  mundial de las semillas y los agroquímicos, que para colmo, abrirá tres plantas de producción en el país.
La inevitable pregunta, el gran interrogante ante esta extranjerización de la economía, es: ¿SOMOS REALMENTE UN PAIS LIBRE E INDEPENDIENTE?
 Sin duda que nos encontramos ante el dominio del  capital financiero mundializado, apareciendo por ello otras fuentes de un déficit creciente y vaciamiento económico de naciones en relación de dependencia: pago de regalías en concepto de patentes, salida de dinero por dividendos y utilidades sin ningún tipo de control, pago de la ilegal y fraudulenta deuda externa, lavado de dinero en los mal llamados “paraísos fiscales”, que en realidad son cuevas de ladrones.  El “blanqueo de capitales” no es otra cosa que el blanqueo, la legalización de los delincuentes que le robaron a nuestro pueblo.
Al mismo tiempo han impuesto, en acuerdo con la burguesía local y los gobiernos a su servicio, un modelo económico esencialmente agrosojero, minero exportador, según los intereses de las multinacionales que manejan el mercado mundial. En lugar de mayores alimentos para nuestro pueblo, para nuestros niños, se produce cada vez más soja para los chanchos chinos, a la vez que saquean nuestras riquezas naturales, con un enorme daño al medio ambiente y a los seres humanos.
Y ni que hablar del vergonzoso contrato con Chevron, que conlleva la utilización de un método extractivo altamente dañino como es el fracking.
Es por esta razón que de alguna manera se puede decir  que continúa la “campaña del desierto”, genocidio iniciado por el Gral. Roca, puesto que siguen reprimiendo y asesinando a  integrantes  de los pueblos originarios para robarles sus tierras, al igual que con los campesinos pobres.
Nos hallamos aquí ante otro de los grandes interrogantes de nuestra época: ¿PUEDE UN SOLO PARTIDO O UNA PEQUEÑA Y MERA ALIANZA ELECTORAL AVANZAR DECIDIDAMENTE EN EL CAMINO DE LA EMANCIPACION DEFINITIVA DE NUESTRA PATRIA Y DE SU PUEBLO?
Una muy rápida mirada sobre la realidad político social actual, inicialmente nos indica que en las próximas semanas se terminará por resumir la mejor imagen de la política argentina hasta el momento.  Con una vasta experiencia histórica y luego de la mano dura de los golpes de estado, lo que impulsa actualmente, y no solo en nuestro país, la clase dominante es la continuidad de gobiernos de “democracias” restringidas, fieles al poder económico, el poder real,  con los necesarios cambios de maquillaje.
No hay 3 poderes, hay 2: el capital financiero internacional y su socio los grandes grupos monopólicos  locales, que no solo nos venden comida chatarra, sino también una política y una cultura chatarra. Entre paréntesis, reiteramos hasta el cargoseo la necesidad de afrontar más decididamente “la batalla de ideas”, como la llama Fidel. Dentro del esquema de una forma de bipartidismo, donde el gobierno y la llamada “oposición”, incluyendo las distintas variables de socialdemocracia, no se diferencian fundamentalmente en nada, apareciendo la negociación, cuando no la simple pelea por lugares en las listas electorales  y por el tamaño de la torta a repartir,  sin preocuparles seriamente la situación de nuestro pueblo, realizando las alianzas más espurias solo por ganar algunos votos más.
Hay sin duda compañeros honestos y luchadores en cada una de estas organizaciones, con los cuales  seguiremos peleando juntos,  pero no olvidar nunca que la utopía imposible de realizar es la de lograr un capitalismo humano o bueno, capaz de solucionar los problemas de los seres humanos y de la naturaleza, que también está en peligro.  Tampoco soluciona el problema el logro de algún que otro diputado de izquierda, experiencia que ya hemos vivido, y que no  puede cambiar nada, además de solo servir como simples adornos parlamentarios, más allá de sus sanas intenciones.
Por el contrario, en la lucha por transformaciones radicales es imprescindible la superación de viejas divergencias entre los que luchamos de una u otra forma contra el imperialismo y el capitalismo, poniendo el hombro en la elaboración conjunta,  y en el medio de las batallas de clases,  de una estrategia común de lucha, como eslabón fundamental   en el proceso de creación unitaria de un frente o movimiento liberador.
Haremos honor así a la enseñanza de un genio como Lenin, cuando nos decía que en cada época histórica hay que encontrar el eslabón fundamental que tire toda la cadena hacia delante.
No es que nos opongamos por principios a la participación en las elecciones burguesas, pues todo depende de las circunstancias históricas, ya que no pueden haber recetas para todos los tiempos y todas las épocas. Se trata en concreto de si existe o no una auténtica alternativa política en el camino mencionado y las elecciones sirvan tácticamente a la acumulación política y social  hacia el objetivo estratégico, la liberación nacional y social, socialista.  
Ese es efectivamente el único voto positivo, el que no cae en el conformismo de elegir entre lo menos malo, o sea en la encubierta teoría del mal menor, intentando creativamente construir algo nuevo. Esta es la gran tarea pendiente y un fuerte desafío, puesto que si bien se vienen librando importantes luchas,  y valiosos intentos de unidad,  aun no hemos logrado la construcción de dicha opción emancipadora  -el “doble poder”, recordando otra vez a Lenin- capaz de enfrentar con éxito a un enemigo aún más poderoso, a pesar de sus crisis.
Es esa la GRAN UTOPIA realizable y el sueño de generaciones de luchadores que dieron hasta su vida  por esta más que justa causa, para lo cual es necesario comprometer, sin dogmatismos, hegemonismos o sectarismos, todos nuestros máximos esfuerzos.
Este es también el hermoso mensaje  que nos deja nuestro querido Pablo Neruda:
Yo trabajo y trabajo,
Debo sustituir tantos olvidos,
Llenar de pan las tinieblas,
Fundar otra vez la esperanza.

                  

¡Colombia Resiste!

(Colectivo Avanzar)
La instalación de siete bases militares Norteamericanas y un vergonzoso tratado de Libre comercio, que anula cualquier posibilidad de supervivencia de grandes sectores del pueblo Colombiano, más un llamado Tratado de Paz con los grupos revolucionarios del país FARC Y ELN, que intentó neutralizar la respuesta de la guerrilla frente a la implementación de los acuerdos leoninos entre el imperio yanqui y un gobierno cipayo, sirven como telón de fondo, al estallido social que vive hoy la nación colombiana.
El gobierno de Juan Manuel Santos, pretende dar el golpe final del Neoliberalismo, a los recursos genuinos del país, en manos de un puñado de oligarcas y unos cuantos monopolios nacionales y extranjeros. 
Entre las demandas de la denominada Mesa de Interlocución y Acuerdo Agropecuaria y Popular, MIA, que se auto propone como la instancia adecuada para llegar a acuerdos, están la "implementación de medidas y acciones frente a la crisis de la producción agropecuaria" y "mayor inversión social en la población rural y urbana en educación, salud, vivienda, servicios públicos y vías".
Pero el pliego de peticiones del MIA también incluye temas como "acceso a la propiedad de la tierra", "reconocimiento a la territorialidad campesina", "la participación efectiva de las comunidades y los mineros pequeños y tradicionales en la formulación y desarrollo de la política minera" y la adopción de "medidas y garantías reales para el ejercicio de los derechos políticos de la población rural".
La presencia de diferentes sectores de la población que empezó como apoyo a las demandas campesinas, a esta altura, ya exigen sus propias reivindicaciones, sectores estudiantiles, de la salud, empleados públicos, desocupados, docentes entre otros protagonistas, están llevando al gobierno de Santos a un límite de desestabilización política hasta hace pocos días insospechada, como lo demuestra la renuncia del gabinete gubernamental en pleno.
Los acontecimientos pueden llevar a una radicalización, por parte de la sociedad en demanda de sus legítimos derechos. La oligarquía nacional y el gobierno de derecha de la mano de las fuerzas represivas intentaran diluir mediante la represión, los reclamos de un pueblo que ya agotó su paciencia después de cinco décadas de despojo, abandono y maltrato,
Desde el Colectivo Avanzar acompañamos a nuestros hermanos en sus luchas reivindicativas por un futuro socialista.

A 50 años del Nacimiento de la Nueva Canción Latinoamericana

(Colectivo Avanzar)
La Nueva Canción Latinoamericana, con sus numerosas definiciones y particularidades, nace en el seno de una década convulsa para Occidente: la década del 1960, que marcó un hito en la forma cómo los pueblos comenzaron a pensarse a sí mismo, aún cuando en la mayoría de los casos esta renovación de la conciencia eclosiono inicialmente en el interior de las elites que conformaban los grupos sociales de izquierda. Posteriormente, los nuevos planteamientos sobre la tradición, lo popular y la revalorización de la identidad, serían transmitidos a las masas de diversas formas y tendría un impacto social diferenciado dependiendo de los casos.
La Nueva canción Latinoamericana fue el instrumento político y estético para difundir en las masas la ideología que habría de motorizar los Nuevos Tiempos que se anunciaban en los años sesenta, y conducir a la formación del hombre Nuevo, ése que haría la revolución política socialista y reivindicaría a las clases tradicionalmente oprimida. Los años sesenta son la matriz de cambios ideológicos mundiales que marcaron nuevos ejes directrices en la conciencia social y colectiva de los jóvenes. En América Latina, Cuba acababa de estrenar su Revolución en 1959 y se erigía como un estandarte de esperanza, libertad y lucha antiimperialista anhelada y admirada por los grupos de la izquierda que comenzaban a nacer con rapidez en los países latinoamericanos. Esta década fue el caldo de cultivo ideológico que movilizó a centenares de jóvenes ansiosos por las reformas y revoluciones políticas y sociales, influenciados por los nuevos planteamientos de la teoría social crítica, el anarquismo, el trotskismo, el marxismo-leninismo.
Los sesenta estuvieron marcados por la crítica a las instituciones, al modo de producción capitalista y, sobre todo, estuvieron signados por una reacción colectiva frente a un sistema socio-político considerado muy represivo no muy diferente a las represiones que hoy se viven en diferentes lugares del mundo.
En este escenario, Estado Unidos atravesaba una significativa crisis social y política, la misma que hoy tiene y  profundizándose cada vez más.
La nueva Canción Latinoamericana nace en un momento histórico de conflictos y de necesidades 
Políticas y sociales, se erige como un canal de reacción y  expresión en contra de todas las dictaduras que se comenzaban a llevar a delante bajo la “Doctrina de Seguridad Nacional” implementadas por el imperialismo y las derechas Criollas en América latina, así, la nueva canción se convierte en un símbolo de consciencia latinoamericana, expresada en la continuidad y consonancia de ideas compartidas sobre el destino que deben tener los pueblos de esta América Morena. Los inicios de la nueva canción podemos situarlos en el surgimiento de una serie de trabajos musicales que se dieron a lo largo y ancho de América Latina: El Nuevo Cancionero en la Argentina, al Nuevo Canto del Uruguaya la Peñas de los Parra en Chile, a la nueva trova Cubana y a Carlos Pueblas con figuras de muy importantes: Víctor Jara, Quilapayun, Inti-illimani, Violeta Parra en Chile; Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Armando Tejada Gómez en Argentina; Alfredo Zitarroza, Los Olimareños, Daniel Viglietti en Uruguay; Amparo Ochoa y Oscar Chávez en México; Soledad Bravo. Ali Primera, Gloria Martín en Venezuela; Carlos Pueblas, Noel Nicola, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez en Cuba, entre muchos otros. 
Este Movimiento se cristaliza con el 1º Festival de Protesta de 1967, organizado por la Casa de la América, en este encuentro se definieron algunas características de lo que debía ser la Canción Protesta y se resaltó su función social como aparato de fuerza y arma de lucha de todo proceso revolucionario políticamente de izquierda, desde esta perspectiva, América Latina era vista como un continente que debía forjar su liberación, rompiendo las cadena de dependencia con los Estado Unido, algo que hoy más que nunca se deben profundizar en esta Lucha contra el imperialismo, hoy debemos crear canales de comunicación efectivos para los cantores populares del pueblos de esta América Morena, en consecuencia, el artista el arte en general debe profundizar su participación más activa en la grandes tareas de toda liberación y debe mostrar un claro compromiso con toda lucha de liberación, basta de ser un elemento de convocatoria solamente, el arte y el artista debe convertirse en parte de todo un proceso revolucionario. 
En consecuencia el arte se debe convertir en un arma de lucha contra toda penetración cultural ya que esta eclipsa toda posibilidad de que el pueblo se conozca a sí mismo, por lo tanto el artista le debe devolver al pueblo su propia identidad, robada por el imperialismo cultural por muchas décadas y hacerlo consciente su propia realidad. Por esta razón hablar de los “50 años del Canto Popular” es hablar de un espíritu innovador y emprendedor de un época, de una generación que pensaba en colectivo y no como hoy que el sistema nos ha convertido en personalistas e individualistas y la cultura como fenómeno continental, implica variadas forma de expresión relacionadas entre sí y debe caminar junto a un profundo sentido revolucionario. 

El enemigo se a propio de la cultura haciéndola mercantilista, creando de ella una fotografía para la frustración y la nostalgia, sin embargo, el destino histórico de este género no puede verse como concluido, la nueva canción sigue y debe seguir calando en las nuevas generaciones de jóvenes y seguir constituyendo un canal permanente para todas les expresiones de toda inquietudes políticas e ideológica de cambios revolucionarios.                                                          

Las ideas inmortales de Lenin: El Imperialismo, etapa superior del Capitalismo, otra obra clave del Gran Revolucionario Ruso

(Colectivo Avanzar)
Lenin escribió El imperialismo, etapa superior del capitalismo en Zurich (Suiza) entre enero y julio de 1916. Se  publicó por primera vez en Petrogrado en abril de 1917. El trabajo de Lenin sigue conservando una increíble actualidad. Decía Lenin en 1916: “El capitalismo se ha transformado en un sistema universal de opresión colonial y de estrangulación financiera de la inmensa mayoría de la población del planeta por un puñado de países “avanzados”. Este “botín” se reparte entre dos o tres potencias rapaces de poderío mundial, armadas hasta los dientes (Estados Unidos, Inglaterra, Japón) que por el reparto de su botín arrastran a su guerra a todo el mundo”. Dice Lenin que el imperialismo es la fase superior y última del capitalismo, que comenzó a fines del Siglo XIX y comienzos del XX.
Señaló los siguientes cinco rasgos principales del imperialismo: la concentración de la producción y del capital, que condujo a la formación de los monopolios que desempeñan un papel decisivo en la vida económica; la fusión del capital bancario con el industrial y la formación sobre esta base del "capital financiero" y de la oligarquía financiera; la exportación del capital, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere un significado particularmente importante; la formación de las uniones monopolistas internacionales de los capitalistas, que se reparten el mundo y la culminación de la división territorial del mundo entre las mayores potencias capitalistas.
La esencia económica y el rasgo principal del imperialismo, afirma Lenin, es la sustitución de la libre concurrencia por el dominio de los monopolios. Los monopolios establecieron su dominio absoluto sobre la economía y la política de los más grandes países capitalistas. El dominio de los monopolios capitalistas en la vida económica es completado por su poder omnímodo en la política. Los monopolios someten a su arbitrio el aparato del Estado y lo utilizan en su beneficio. El imperialismo es el capitalismo parasitario, putrefacto y moribundo. Lleva hasta los últimos límites la contradicción entre el trabajo y el capital, entre los diversos estados imperialistas y entre los estados imperialistas y los países coloniales y dependientes. 
Esta obra es la continuación directa de El Capital de Marx. Lenin estudia la evolución del capitalismo en una época nueva, la del imperialismo. Y muestra que el imperialismo es la última fase, la fase superior del capitalismo. En los seis primeros capítulos, Lenin analiza los cinco rasgos principales del imperialismo.
La libre competencia que dominaba bajo el capitalismo premonopolista ha desembocado en la concentración de la producción y en la centralización del capital. Los monopolistas han comenzado a desempeñar un papel preponderante en la economía; tal es el primer rasgo del imperialismo. La producción se ha concentrado hasta tal punto, que la dominación de los monopolios no significa sin embargo, que la crisis, la competencia, la anarquía y las demás plagas del capitalismo sean suprimidas. Al contrario, los monopolios aumentan el caos y la anarquía propios de la producción capitalista en general.
La concentración de los bancos y la formación de monopolios bancarios los han transformado, de intermediarios a monopolistas omnipotentes del mercado financiero. Como consecuencia de la fusión de los mayores bancos y de los monopolios industriales, aparece el capital financiero que constituye el segundo rasgo del imperialismo. La exportación del capital, paralelamente a la exportación de mercancías, se ha convertido en manifestación típica del capitalismo imperialista. En pos del beneficio máximo, el capital se precipita hacia los países donde puede encontrar mano de obra y materias primas baratas. 
La exportación de capital, al imponerse sobre la exportación de mercancías, marca con el sello del parasitismo al país que vive de la explotación del trabajo de otros países y de las colonias; acentúa entre los países capitalistas las contradicciones y la lucha por las esferas de aplicación del capital. Tal es el tercer rasgo del imperialismo. El cuarto reside en esto: los grupos de monopolios se reparten en primer término el mercado nacional, a lo que sigue el reparto económico del mercado capitalista mundial entre las grandes asociaciones de monopolios internacionales. Todo lo cual desemboca en una acentuación de la competencia en el seno de las asociaciones monopolistas internacionales, resta solidez a los acuerdos entre monopolistas dentro de esas asociaciones y provoca entre ellos la lucha por el reparto de los mercados.
El reparto económico del mundo entre los grupos de monopolios más poderosos se halla íntimamente ligado al quinto rasgo del imperialismo: la terminación del reparto territorial del mundo entre los Estados imperialistas y la lucha por su redistribución, por la conquista de tierras extranjeras. En consecuencia se desencadenan guerras imperialistas que arrastran dentro de su órbita a casi todos los países capitalistas y pueblos. La lucha por la redistribución del mundo toma la forma de una lucha por el dominio mundial de un grupo de estados imperialistas o en un solo país capitalista, el más poderoso. Lenin analiza al imperialismo desde una perspectiva optimista, como una etapa de transición hacia un sistema socialista. Así, la única superación posible es la expropiación de los medios de producción y su organización en función de los intereses de la inmensa mayoría de la población. Para lograr esa transición es necesaria la acción consciente, organizada y revolucionaria de las masas para derrocar el dominio del capital sobre la sociedad.                 

Prensa Avanzar Nº13