viernes, 26 de noviembre de 2010

VENEZUELA HOY: UNA REALIDAD CON FINAL ABIERTO


                                                                                    Por Horacio Rovito
En la actual época histórica, el transcurso exitoso de una revolución dependerá en sí es capaz de demostrar que el socialismo puede ser efectivamente socialista.
Por cierto que no es este un juego de palabras.  Hasta ahora los abnegados y hasta sacrificados intentos de concretar este notable anhelo, no han sido positivos, no han efectivizado los sueños y, con la sola honrosa excepción de Cuba, han terminado absorbidos por la sociedad que pretendieron superar.
Pero los malogrados emprendimientos, como esencialmente la presencia viva del suceso cubano, en su 50 aniversario, nos proveen una valiosa enseñanza y la experiencia de que el ser humano está en condiciones de avanzar en la construcción de una nueva manera de convivir, más justa, más equitativa, más solidaria, más digna, es también un considerable aprendizaje tener presente que en los momentos de significativo crecimiento de la conflictividad social, la actitud de las fuerzas en disputa, siguen en general un esquema bastante habitual.  Muy sucintamente, se suele dar el siguiente cuadro de situación, que quizás sirva como ayuda o guía en una interpretación de los hechos, pero nunca como un esquema absoluto y prefijado de antemano.
a) Los sectores más duros de la clase dominante, en alianza con los amos del mundo, pretenden perpetuar a toda costa, sin detenerse ante nada, el sistema capitalista imperante, y se aferran al poder,  en especial a su aparato represivo, como forma de evitar cualquier transformación de fondo.
b) Las fuerzas políticas sociales que defienden los intereses de los oprimidos y de los explotados, comienzan, con mayor o menor claridad, a batallar por llegar a la cubierta del barco y cambiar el timón de mano. 
Si lo logran, uniéndose, y modificando sustancialmente las relaciones de fuerza y lo hacen con ideas y objetivos claros, alterarán radicalmente el rumbo de la historia.
c) Sectores más inteligentes del bloque dominante, apoyándose comúnmente en las vacilaciones y los miedos típicos de la clase media, que incluso fomentan, y las debilidades y divisiones del campo popular, tratan, en especial si hay riesgos de que la situación se torne incontrolable, de frenar o suavizar en lo posible el nivel de conflictividad social, efectuando hábilmente algunas concesiones al reclamo de los pueblos.
Es decir, estamos ante el clásico “gatopardismo”: cambiar "algo", para que todo siga igual. Tenemos un ejemplo en nuestra propia casa, con el kirchnerismo, disfrazado de “progre”, o algunos vecinos como el Frente Amplio, Lula o la Bachellet.  No es más que la vieja trampa de ir intercalando “el palo y la zanahoria”.
Entrando en tema, en la actualidad Venezuela sigue transitando uno de esos períodos, que ya lleva dos décadas, donde la indignación, la bronca acumulada por tantos años de injusticia, miseria y marginación social, han provocado toda una eclosión, el pueblo ha dicho "basta!".
 
La expresión política de un sistema de dependencia y explotación extrema, comenzó a resquebrajarse durante el segundo gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez, al que podríamos denominar como “el Menem caribeño”. Siervo de las multinacionales y sus socios nativos, empezó a aplicar religiosamente las conocidas políticas neoliberales, llevando al país a una hecatombe política, económica y social, alguno de cuyos devastadores efectos se siguen sintiendo hoy en día.
Asimismo, corresponde rememorar que estamos en el marco de una etapa que viene signada por ese formidable acontecimiento que fue la Revolución Cubana.
Además, a Hugo Chávez y su generación de militares jóvenes les influyó mucho, en especial por su nacionalismo antiimperialista, los procesos de Panamá y Perú, encabezados por Omar Torrijos y Velazco Alvarado, respectivamente. A esto hay que agregarle la singularidad de la composición de las fuerzas armadas venezolanas, integrada en buena medida por sectores humildes de la ciudad y el campo, que veían en ello una forma de ascenso social, por lo cual Chávez, hijo de un humilde y luchadora familia “llanera”, no es la excepción.
Todo lo expresado, más la influencia por contactos con organizaciones de izquierda, hicieron que tempranamente nacieran en su seno movimientos muy radicalizados, como por ejemplo, el Movimiento Bolivariano Revolucionario, la Acción Revolucionaria de Militares Activos (ARMA), o el Ejército Popular de Liberación de Venezuela, creado por el propio Chávez.  La actitud de él, a diferencia de los otros, fue siempre la de procurar no encerrarse sólo en el ámbito militar, y vincularse con movimientos sociales y con algunos partidos de izquierda, conjuntamente con una devoción constante por Bolívar y su consejero político Simón Rodríguez, vistos como precursores del antiimperialismo y el latinoamericanismo. Pero nada se puede entender de la Venezuela actual, sin esa verdadera insurrección popular que fue el llamado “Caracazo”, en el año 1989.  Es este un momento de ruptura histórica y de visión de futuro. “Caracazo”, revolución bolivariana y “socialismo de siglo XXI”, están estrechamente entrelazados. No se puede entender lo uno sin lo otro.
Esta enorme rebelión social, que abarcó a buena parte del país, donde el pueblo ganó las calles enfrentando valientemente a las fuerzas represivas cansadas de un “modelo” neoliberal capitalista, de entrega, saqueo, aumento de la pobreza y de la desocupación, que asoló a nuestro continente y a otras partes del mundo.
El levantamiento popular fue, aunque momentáneamente, duramente contenido, a través de una masacre que dejó el triste saldo de alrededor de 3.000 muertos. Esta crisis penetró también en el ejército, y llevó a muchos a preguntarse si su misión era matar a un pueblo indefenso, que peleaba por sus derechos a una vida más digna. 
En este espíritu y ante la continuidad de las luchas, se fue forjando el intento de golpe del año 1992, contra un gobierno corrupto y genocida. Por la falta de coordinación general y en especial porque no se logró aún la plena participación de las masas, el golpe fracasó, pero como el asalto en Cuba al Cuartel Moncada, la derrota se fue transformando en triunfo.  El pueblo, que seguía de pie sin rendirse, fue viendo en estos militares, y en particular en Chávez, una conducta digna, de defensa de la patria y de solidaridad con sus luchas, e irá llevando a este último, con un creciente prestigio, a la presidencia del país, en las elecciones realizadas en el año 1998, contando, como aún cuenta, con un decisivo apoyo popular y de la mayoría de las fuerzas armadas. Por eso él a menudo utiliza una frase: “Esta revolución será pacífica, pero no desarmada”. Sin duda, un fenómeno muy singular, que no se puede analizar desde un enfoque esquemático propio de un “pensamiento de manual”.
Llegado Chávez al gobierno, la reacción interna e internacional, impulsan de común acuerdo dos estrategias principales para pretender liquidar el recién nacido “proceso bolivariano”. La primera estrategia es la violenta: Esta es la razón de ser del golpe derechista del año 2002, promovido y organizado por la gran burguesía y la embajada yanqui, contando con el apoyo de un grupo de militares, de la cúpula de la iglesia y los grandes medios de difusión. Para mayor conocimiento del desarrollo del mismo, nada mejor que ver el documental “La revolución no será trasmitida”.
Dicho golpe fue vencido en sólo 36 horas por la acción de las masas que ganaron nuevamente las calles a lo largo y lo ancho del país, en combinación con los oficiales y soldados bolivarianos.
También fracasó el intento de producir una convulsión social para aislar y tumbar al gobierno, por medio de la toma de la petrolera PDVSA (el petróleo ya había sido nacionalizado), con la complicidad de los antiguos gerentes que aún no habían sido reemplazados, y producir de esta manera un desabastecimiento de combustible.
La otra estrategia, sin desestimar nunca la anterior, “es la pacífica”:
Consiste en la participación en las elecciones y el lanzamiento de toda una campaña de mentiras y difamaciones, a través de los medios de difusión privados, que son la mayoría, a cuya cabeza está “Globovisión” y algunos medios internacionales como CNN.
Por supuesto, que siguen procurando todo tipo de malestar social, ahora por el mecanismo del desabastecimiento de algunos productos alimenticios o el aumento desmesurado del precio de los mismos. Por eso, el gobierno viene creando mercados paralelos donde se venden mercaderías a precios más bajos, conocidos con el nombre de “MERCAL”. A la vez autorizó a los campesinos a montar sus propias ferias en barrios, ciudades y centros comunales instándolos a la vez a organizarse en cooperativas.
Simultáneamente a estas medidas coyunturales se están instalando empresas estatales de producción de alimentos, al igual que en otros rubros, con el asesoramiento y la tecnología de otros países, tratando de superar así el atraso y la destrucción que heredó del pasado. Pude conocer la excelente instalación de una empresa productora de harina de maíz con tecnología iraní y en cuya dirección participan los trabajadores.
Creo que estas son apreciables experiencias como un primer peldaño hacia la búsqueda de la edificación de una nueva sociedad, de acuerdo a las especificidades de cada nación.
Ahora bien en el campo de los que se unieron al “proceso bolivariano” también nos encontramos con por lo menos dos tipos de actitudes:
- Una, la de los sectores de la pequeña burguesía y los oportunistas que siempre se suben al tren de los triunfadores. Como ya me he referido, se caracterizan por el temor o el desinterés por tomar medidas de fondo que vayan rompiendo radicalmente con el sistema. Manifiestan constantemente que no conviene acelerar el paso, puesto que no es aconsejable malquistarse con los “empresarios nacionales” o con EEUU. 
Según ellos, aún no es el momento para avanzar en medidas que apunten hacia la opción socialista.
Estas posiciones generan dudas y confusiones en el conjunto del pueblo y es la causa de ciertos problemas y reveses sufridos. Contradicciones que a veces también se producen a nivel de los Estados o Alcaldías (municipios) donde no todos son tan “rojos, rojitos” como se proclaman.
- Por el otro lado, los sectores o grupos que más conscientemente batallan por profundizar los cambios en un sentido revolucionario, socialista, son aún minoría, y todavía no han logrado constituir una organización revolucionaria con fuerte referencia de masas. Los partidos de izquierda representan hasta la fecha, aproximadamente el 4% del electorado.
Es sí innegable el liderazgo de Chávez, que sigue siendo querido y respetado mucho por la mayoría del pueblo, lo cual no se puede explicar solo por su carisma personal, sino que centralmente tiene que ver con los beneficios alcanzados en los distintos aspectos de sus vidas: salud y educación pública gratuitas, mejoras en los ingresos de los trabajadores, planes de viviendas populares, rescate de las riquezas naturales, etc.
Ha despertado como nunca un fuerte sentimiento nacional antiimperialista e indoamericano, con un respeto y reconocimiento constitucional a los derechos de los pueblos originarios, iniciando en algunos lugares la devolución de las tierras que les fueron robadas, actitud que forma parte de la reconocida necesidad de una profunda reforma agraria, que sólo se ha esbozado en algunos estados, con enfrentamientos muy serios con los terratenientes, pero con el apoyo de los obreros rurales y los campesinos pobres
Es de destacar a la vez el afecto y gratitud hacia Cuba, que está colaborando plenamente con este proceso. Basta decir que ya hay en Venezuela alrededor de 30.000 profesionales cubanos, de distintas especialidades médicas, que junto con una cantidad de educadores trabajan, entre otras instituciones, en las “Misiones Barrios Adentro”, ubicadas en los lugares más humildes, algunas de las cuales pude visitar y corroborar la importante labor humanitaria que están realizando. Por ejemplo y gracias a ello, Venezuela ha sido declarada “territorio libre de analfabetismo”.
Aquí corresponde señalar que este país, en una retribución entre pueblos hermanos y solidarios, le entrega a Cuba petróleo a precios muy favorables, más bajos que los fijados por el mercado.
El manifiesto liderazgo de Chávez -o se está con Chávez, o se está contra Chávez-, hace que incluso casi la totalidad de las organizaciones de izquierda decidieron brindarle el apoyo a su reelección, como forma concreta de dar continuidad al proceso y frenar el avance de la derecha pro-imperialista. Así me lo expresaron directamente en entrevistas que tuve con algunos de sus dirigentes, aunque no dejaron de plantear sus diferencias.
De todos modos, no se necesita profundizar mucho para percibir que están atravesando una etapa clave de definiciones, donde los contendientes afilan sus armas y se preparan para el inevitable combate de clases
Por tal motivo en este cuadro de situación, narrado en forma muy breve e incompleta, lo positivo es la comprensión, cada vez mayor, de lo imprescindible de una labor concientizadora, de la difusión de la ideología revolucionaria, el marxismo leninismo, con creatividad y sin dogmas, en una fuerte batalla de ideas, conjuntamente con un desarrollo específico de una organización revolucionaria (el PSUV es lo que llamamos “una bolsa de gatos”), apareciendo como la única alternativa viable de avanzar con decisión en el rumbo socialista.
En este sentido, entienden que les es urgente y fundamental poner al mismo tiempo los mayores esfuerzos en la aún inicial construcción de la Comunas Populares, alentadas cada vez con mayor fuerza por el propio Chávez, como organismos de real participación democrática y de decisión de masas y como sólidos y aguerridos cimientos de un auténtico poder popular. De cómo se decidan estos básicos y primordiales desafíos históricos, dependerá el futuro del “proceso bolivariano”. Todo nuestro apoyo y solidaridad deben estar al lado del pueblo venezolano, cuyo triunfo será el triunfo de todos los pueblos que luchan por su definitiva emancipación.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Nuevamente Estados Unidos, alienta y financia una guerra evitable

(Colectivo Avanzar)
Solidaridad con Corea del Norte ante el intervencionismo de Estados Unidos


Hace unos días se despertó un conflicto latente entre  Corea del Norte y del Sur, cuando esta última realizó una provocación militar utilizando buques de guerra, con el supuesto de "controlar los barcos pesqueros" y mantenerlos en la "línea de límite al Norte". Bajo este pretexto disparó desde las 13hs del día 23 de noviembre de 2010 decenas de obuses hacia las aguas jurisdiccionales de los alrededores de la isla Yonphyong, del Mar Oeste de Corea. 
Esta agresión sufrida es una violación al pacto armisticio entre los dos países firmado en el 2007. Por lo pronto la respuesta de la Republica Popular  no se hizo esperar, contestando dicho acto con una advertencia armada sobre blancos militares.

Luego de la caída de la popularidad de Obama (un simple siervo del poder real, las grandes corporaciones económicas), parece que por fin decidió sacarse su disfraz  de "progresista" y demostrarle a su pueblo quien verdaderamente es, continuando con la tradición colonialista, invasora, oportunista, imperialista y golpista que tuvo los EEUU como rasgo distintivo. Haciendo de esta manera sonar los teléfonos de su súbdito, el gobierno de Corea del Sur, para hacerle saber que cuenta hasta las últimas consecuencias con todo su apoyo, entre otras cuestiones, presionar a toda la comunidad internacional de ponerse en contra de Corea del Norte. Y por ultimo afirmó que este país representa una amenaza y que la misma debe ser abordada de inmediato. Bajo estas circunstancias, fue anunciado que se realizaría por fin el ejercicio militar conjunto entre EE.UU. y el Sur de Corea, en el Mar Oeste de Corea, con la participación del portaaviones nuclear "George Washington".
Ya sabemos lo que significa “peligro o amenaza” para los EEUU, es una nueva oportunidad de expandir su imperio hasta los lugares más recónditos del planeta tierra. Además y como ya es históricamente conocido, es natural del capitalismo pretender solucionar sus cada vez más profundas crisis, como la que está padeciendo, a través de la guerra. Esta es la razón de porque también la OTAN apoya estas aventuras bélicas.
No importa donde sea, siempre necesita polarizar con un enemigo para demostrar su hegemonía y poderío ante el mundo; hace tiempo fue la Unión Soviética, luego Cuba, Vietnam, después llegaría la guerra del “Golfo Pérsico”, le sucedería Irak. Afganistán o Palestina  de la mano de su satélite, Israel. Ahora usa el argumento de lucha contra el terrorismo y sigue apuntando en Nuestra América contra Cuba, manteniendo un injusto e inhumano bloqueo, y siempre agrediendo la Venezuela de Chávez, apuntalando el golpe de estado en Honduras y ahora fomentando una guerra entre naciones. A la vez de volver a invadir al sufrido pueblo de Haití, incluso con la participación  cómplice de tropas de otros países latinoamericanos, entre ellos Argentina.
Es necesario en estos graves momentos, recordar las repetidas advertencias de Fidel Castro, sobre el hecho concreto de que en la actualidad una guerra nuclear provocará fatalmente la desaparición del planeta.  Cabe entonces tener presente la conocida frase de Rosa Luxemburgo:"O socialismo o barbarie", salvo que ahora corresponde decir: o socialismo o muerte.
Llamamos a un pronunciamiento masivo en contra de Estados Unidos, y la OTAN por sus políticas bélicas imperialistas, que ponen en peligro el bienestar de la humanidad y el planeta tierra en su totalidad, exigiendo al mismo tiempo una clara definición del gobierno argentino y decidir el retiro inmediato de las tropas de Haití.
Nos solidarizamos con el pueblo de Corea del Norte, con un apoyo crítico   ante la intentona golpista de EEUU mediante sus títeres Surcoreanos.

¡No al avance del imperialismo en América Latina, ni en el mundo!
¡Fuera las tropas de Haití, Afganistán e Irak!
¡No a la intentona golpista a Corea del Norte!
¡Por una Corea del Norte, realmente Democrática, Federal y Socialista!
¡Que el pueblo Norcoreano sea verdaderamente quien lleve las riendas de su camino!

¡Viva el socialismo y la lucha de todos los pueblos!


Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo

lunes, 15 de noviembre de 2010

Pedraza destacado hijo de...la burocracia sindical

por Horacio Rovito
 
Para cualquier breve análisis referido a la situación del movimiento obrero argentino, hay que partir de tener siempre presente que el general Perón fue el creador de un sindicalismo como apéndice del Estado Burgués, dirigido por una obediente y corrupta burocracia sindical, “la columna vertebral del movimiento”, como recientemente nos lo recordara  el ex Duhaldista Aníbal Fernández.
 Varios de sus primeros escritos o discursos muestran ya claramente a Perón como un inteligente defensor del capital.  Veamos sino el siguiente párrafo, breve pero muy ilustrativo: “Señores capitalistas, no se asusten de mi sindicalismo, nunca mejor que ahora estará seguro el capitalismo, ya que yo también lo soy, ya que tengo estancia y en ella operarios. Lo que quiero es organizar estatalmente a los trabajadores para que el Estado los dirija y les marque rumbos, y de esta manera se neutralizaran en su seno las corrientes ideológicas y revolucionarias que puedan poner en peligro nuestra sociedad capitalista en la posguerra. A los obreros hay que darles algunas mejoras, y serán una fuerza fácilmente manejable”. (Cuadernos Americanos, N· 3, año 1946) (1).
Por lo cual, su  construcción sindical está inspirada en la experiencia de la Italia de Mussolini, que Perón conoció y admiraba, a tal punto que los estatutos de la CGT son un reflejo de la Carta del Lavoro, de la similar institución de tendencia fascista.
Uno de los principales conceptos que fue inmediatamente eliminado de los estatutos anteriores, es el de la lucha de clases, reemplazado por el de la armonía de clases, yendo así contentos y de la mano los explotadores con los explotados.
En una palabra, los sindicatos burocratizados fueron y siguen siendo organizaciones paraestatales, al servicio de los gobiernos burgueses de turno, sean civiles o militares. Prueba de ello es que la burocracia fue cómplice de todos los golpes de estado. Es más, delataban a los delegados y obreros honestos luchadores, como sucedió por ejemplo a partir del golpe del año 1976, en empresas como Mercedes Benz o Ford, entre muchos otros casos .  
Si bien las Fuerzas Armadas son el brazo armado del poder económico, la burocracia sindical es el brazo represivo directo en el movimiento obrero, contando incluso con grupos de matones, mal llamados “barras bravas”, que actúan como fuerza de choque.
Son los que asesinaron al compañero Mariano, en complicidad con la policía, aunque los autores intelectuales están a otro nivel.



De este “semillero” nació y se crió José Pedraza.  En los años 60  la jugaba de zurdito combativo, como muchos otros renegados actuales, y participaba de la CGT de los Argentinos, aunque velozmente se borró luego del mencionado golpe del 76, no obstante que muchos de sus compañeros cayeron presos o fueron desaparecidos.
En la denominada apertura democrática, apareció astutamente de la mano de Saúl Ubaldini y con su apoyo logró escalar posiciones, hasta llegar a ser secretario general del gremio ferroviario, cargo que mantiene hasta la fecha. Pero su brillante carrera ascendente no terminaría allí.  Hábilmente se hizo menemista “de la primera hora”, apenas el inefable riojano comenzó a aparecer como casi seguro futuro presidente, ante el fracaso del alfonsinismo.
Por lo visto, esta actitud no obedeció a profundos y nobles ideales, sino que obtuvo una muy jugosa recompensa: recibió la concesión del ferrocarril Belgrano Cargas, un excelente negocio que lo transformó en un exitoso patroncito de sus supuestos representados, los trabajadores ferroviarios.  
En esta empresa hoy día está asociado con el “proletario” Macri, el kirchnerista Moyano y un grupo inversor extranjero. Desde ya que también son beneficiarios de los millonarios subsidios que sigue otorgando el actual gobierno, al cual ahora responde.  Vale aquí un viejo refrán que dice: “Dios los cría y el viento (o los intereses de clase) los amontona”.
En conclusión, no hay forma de tomar decididamente el camino de la liberación nacional y social de nuestro pueblo, a cuya cabeza deben estar los trabajadores, sin una lucha unitaria y sin vacilaciones contra la denominada “santísima trinidad”: el Estado burgués, la patronal local e internacional y la burocracia sindical.
Al mismo tiempo, hemos aprendido que no es necesario “golpear la puerta de los cuarteles” para garantizar la continuidad  de la hegemonía del sistema, cada vez que es acosado por el alza de las luchas populares.
Hubo y hay métodos más sutiles, como ser entronizar gobiernos falsamente progresistas, o de “centroizquierda”, con políticas gatopardistas, (cambiar algo para que todo siga igual), que incluso promueven  constantemente ídolos falsos, como los Alfonsín o los Kirchner.
Todo esto nos indica la imperiosa necesidad de llevar a cabo una amplia y permanente lucha ideológica cultural, sin la cual, no hay posibilidad de avanzar en el mencionado rumbo emancipador, además de superar sectarismos y hegemonismos, que tanto daño hacen a la imprescindible convergencia del campo popular, como única forma de edificar un sólido poder de los trabajadores y  demás sectores oprimidos y explotados. No olvidar nunca que en el combate de clases solo puede vencer la clase sojuzgada, si es capaz de ir construyendo un poder y una cultura superior al de la clase dominante. Es esta una de las cuestiones esenciales en las que ideológica y prácticamente  se define el auténtico carácter revolucionario de una organización que se precie de tal.


(1)  A fin de conocer más a fondo el pensamiento y los objetivos del Gral. Perón, y por supuesto del peronismo, es conveniente leer su libro "Conducciòn política".
 



viernes, 12 de noviembre de 2010

La cultura como creación popular


Por Félix Herrera


La necesidad de hacer llegar este documento a los compañeros tiene que ver con una preocupación que venimos observando desde hace un tiempo, que es el papel de la cultura como elemento de lucha. Desde hace muchos años que luchamos por la cultura en la sociedad y vemos con bastante preocupación el papel que hoy tiene. Creemos que es la ‘’convidada de piedra” en este proceso, nos gustaría dar una opinión, y que sea el disparador para un profundo debate sobre el verdadero rol que debe jugar la cultura.

Pensamos que debemos aprender del sentido profundo que se le debe dar a la cultura como creación popular, como elemento de combate contra la ignorancia y los vicios a que somete el poder al pueblo.

Es una antigua práctica de nuestros países, no distintos a otros pueblos del mundo, el que sus intelectuales y artistas no se reduzcan al papel de portadores pasivos y acríticos de las tradiciones sino que se hagan responsables de la continuidad de una conciencia, que sin postular el aislamiento de sus fronteras, intente identificar lo que distingue de nuestra personalidad nacional y latinoamericanista para hacer su defensa y basar en ello la propaganda del necesario cambio social.

La Argentina de este final de siglo no nos satisface, y como sujetos conscientes de la historia, aspiramos a cambiarlo en beneficio de las grandes mayorías y por un imperativo de conciencia ética y a la vez estética.

Rechazamos el criterio de mercado elevado al sitial de Dios supremo. De él solo cabe esperar una acentuación de los rasgos que caracterizan a la cultura imperante y que  no podemos sino rechazar con disgusto y molestias. Al hablar de cultura, tenemos que situarnos en el terreno amplio de la conciencia de la institucionalidad cultural y de los derechos de la mayoría.

Desde las diferentes dictaduras de América Latina se vive una regresión en la conciencia de la gente. Este fue uno de los objetivos de las dictaduras en los diferentes países y para lograrlo se valieron desde el exterminio físico, el exilio y la censura, hasta la implementación del mecanismo de dominación ideológica que tendían a interrumpir la continuidad de las conciencias y relegar al pasado el sentido de identidad nacional.

El signo distintivo del modelo neoliberal, la ”globalización” y la ‘’mundialización’’ que se nos impone no es otro que el sometimiento de todos los habitantes del planeta a un modelo único vaciado desde los centros del poder con el apoyo de los instrumentos de la revolución científico técnica el monopolio de gigantescos medios de comunicación y la consagración de criterios de mercado como medidas de todo los valores incluido los estéticos y moral.

El estado se desentiende de sus deberes en todos los terrenos y un ejemplo de ello es la ausencia de toda política que posibilite al menos una alternativa a la vorágine de su tarea de destrucción de la identidad nacional y popular, la política cultural del estado actual es plenamente funcional a los objetivos neoliberales.

Este sistema de acumulación astronómica de las riquezas y medios de comunicaciones en pocas manos es la norma dominante del mundo contemporáneo, esto es el neoliberalismo, que pretende negar a las personas el derecho a ser personas promoviendo el ser consumidor cliente fomentando el individualismo, en lugar del ser ciudadano que busca la organización social.

Frente a esto, la cultura se debe levantar por las reivindicaciones del ser humano, por la felicidad y la liberación de la humanidad, es decir, luchar por nuestras raíces culturales, sociales y políticas. En este contexto entendemos a la cultura como un vehículo de expresión de ideología, de desarrollo y toma de conciencia, de interpelación política, de asimilación de valores éticos a favor de los derechos humanos.

En la actual etapa histórica de nuestros países la cultura se debe convertir en un agente de transformación y desarrollo de la conciencia. Esta transformación tiene que empezar por un proceso individual para llegar a transformarse en colectiva.

Investigaciones muestran que una de las principales causas de las enfermedades psicológicas es el estado de aislamiento y soledad en que se siente la mayoría de la gente, cuestión que incide en su autovaloración y en su posicionamiento social en el sistema.

        El lenguaje artístico, la inteligencia emocional y el dominio de lo cotidiano, son aspectos importantes a desarrollar en una plataforma de cultura, como también una respuesta latinoamericana de resistencia al  modelo neoliberal, en el cual juega un papel fundamental la preservación y el respeto de las culturas de los pueblos originarios, entendiendo nuestro estado como multirracial y multiétnico.

Para esto es necesario un trabajo sistemático y en todos los planos de acción donde la cultura se transforme en política y la política se transforme en cultura.

Apostamos a un trabajo cultural de base que apunte a un avance con presencia y liderazgo  sin sectarismo.

Se necesita articular lo que existe y hacer que exista lo que sea necesario que exista con el propósito de crear conciencia de intervenir en la subjetividad de la gente a favor de los cambios.

En este marco proponemos la creación de un movimiento cultural democrático, que es esta propuesta, decir que los artistas comprometidos con una nueva alternativa cultural, ocupen el espacio político de creación que les corresponde, es decir, comprometidos a la suerte y la lucha de los pueblos. Estos deberán generar redes y articulaciones con sus pares para que de sus propios gremios o sectores vayan generando debates discusiones y rupturas que les permitan avanzar en un proceso ascendente en las acumulaciones de artistas comprometidos con el antisistema.

Queremos tomar como ejemplo lo que planteaba un gran dirigente obrero y su lucha por las ideas, por la inteligencia y por la cultura, que se llamo Luis Emilio Recabarren fundador del Partido Comunista de Chile, él decía el socialismo significa armar al pueblo de inteligencia para que sepa conquistar la felicidad’’.

domingo, 7 de noviembre de 2010

LA CULTURA DESDE EL ENFOQUE COMUNISTA


(Por una cultura antagonista)

Las ideas de la clase dominante en cada época, o dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. Cada nueva clase establece su dominio sobre una base más amplia que la anterior clase dominante, pero en revancha, la oposición entre la clase que domina ahora y la que no domina se agrava en profundidad y agudeza.

(Kant, Marx y F. Engels: La ideología Alemana)

Eso quiere decir que toda revolución ha sido precedida por un intenso trabajo de crítica, de penetración cultural, de permeación de ideas a través de agregados humanos al principio,  refractarios y sólo atentos a resolver día a día, hora por hora, y para ellos mismos sus problemas económicos y políticos, sin vínculos de solidaridad con los demás que se encontraban en las mismas condiciones.                                                     

(Antonio Gramsci: Socialismo y Cultura)

                                                                                                                                  Por Félix Herrera
Para el sistema capitalista dominar y controlar nuestro ocio, nuestro “Tiempo Libre”, nuestra cultura, no es solo una forma más de ampliar su radio de mercantilización sino que por sobre todas las cosas es una manera de tratar de evitar la subversión de las clases explotadas. Solo así se explica que la mayoría de la sociedad sea explotada, y a la vez, esa mayoría sostenga y se conforme con este modelo de sociedad. Es por la importancia que requiere este aspecto de la actual sociedad capitalista, que la cultura, claro está, no existe y no debe existir aislada de una sociedad, no se produce ni vive fuera de su contexto espacial y temporal, de sus relaciones con las condiciones y clases sociales, con las leyes sociales y económicas de una realidad concreta en un momento concreto de la historia.
El capitalismo como toda sociedad de explotación necesita producir y reproducir sus condiciones de vida, y entre ellas figuran sus representaciones del mundo y sus imágenes del mismo. Producir mecanismos ideológicos. Mitos, valores, normas ocultas. etc. para perpetuar la dominación. Toda producción ideológica es también una relación política, una relación de poder, y esto nos indica que la cultura es un espacio de conflictos ideológicos, y en el capitalismo además, es un útil mercado de productos ideológicos.
Se ha producido una expansión de la cultura hasta hacerse co-extensiva a la economía (que se nos presenta continuamente en la publicidad de hoy día). Estamos sumergidos bajo un bombardeo mediático intenso desde todos los ángulos y donde se nos entregan los mensajes sin memoria, sin sentido de proceso, sin que se nos active un concepto de historia y de lo histórico. El negocio cultural le resulta a la burguesía doblemente rentable, pues a la vez que adquieren beneficios, hace propaganda de su opción política e ideológica entre todos aquellos que absorben los mensajes adquiridos a través de su difusión cultural.
Este avance de la burguesía en el campo cultural provoca a su vez que el creador individual que quiera hacer llegar su obra a las masas, deberá asumir que en el mercado hay ciertas leyes impuestas para que lo controlen, y que tendrá que aceptarlas en lo que respecta al fondo, la forma y las renuncias.
Ahora bien, en este comienzo de siglo la producción cultural en Argentina y en el resto de América Latina se realiza en un paisaje social en el que una muy buena parte de las clases trabajadoras están atemorizadas, atomizadas por el nuevo poder fáctico adquirido por el empresariado y su política neoliberal que pisotea sin tapujos los derechos duramente adquiridos por los trabajadores, y por otro lado, esa misma clase de trabajadores muestra una cierta desconfianza hacia algunas organizaciones de izquierda, vistas como agencia de servicios políticos que responden a sus propios intereses y que son impermeables a los problemas reales de las gente, y entre ellos los culturales.

Estamos acostumbrados a denominar como cultura popular a la indígena, la obrera, la campesina y la urbana, las que generan distintas condiciones laborales, la vida barrial y los medios de comunicación alternativos. La cultura popular puede ser entendida como: el resultado de la apropiación desigual de los bienes económicos por parte de los trabajadores y cómo somos capaces de traducir esos bienes económicos y simbólicos a sus realidades. Es en esta realidad de la cultura popular, donde nosotros debemos situarnos, y que debe ser entendida como un gran instrumento para lograr una transformación social profunda, es decir como una verdadera cultura antagonista al sistema neoliberal.
Inmersos en la actual dominación ideológica y cultural es necesario abrir espacios colectivos: de participación comunitaria, de prácticas democráticas, de construcción de organizaciones sociales. Es necesario romper la invisible tela de araña ideológica que nos atrapa y poner en marcha iniciativas emancipadoras culturales. Combatir fuertemente el fomento del individualismo del ser-objeto, dedicado al consumo y la mercantilización del tiempo libre. Es necesario construir lo colectivo, el ser-sujeto, que es participativo y creador de nuevas manifestaciones culturales.
Una de las luchas fundamentales en el plano cultural es la creación y recuperación de espacios libres y públicos que sirvan para desarrollar actividades culturales desde los antagonismos de clase. Y además el espacio recuperado deber ser el lugar de confluencia de distintos colectivos organizados, que los potencie y retroalimente. Estos centros o espacios públicos creados o recuperados, si son verdaderamente enfocados hacia las clases populares y son alejados de actitudes marginales o sectarias, pueden y deben ser grandes focos de una verdadera cultura antagonista al sistema neoliberal.

                 LA CULTURA: BASE PARA TODA PROPOSICION SOCIAL Y POLITICA

La cultura, la idiosincrasia, debería ser el eje en el que debe basarse la política y todas las manifestaciones humanas, y considero que es un tema de suma importancia, reiterar, que no debe dejarse de lado. Por desgracia es el caso de prácticamente todos los partidos y organizaciones políticas, las que elaboran sus políticas en función de ideales, que si bien son sanos, objetivos y honestos, se sigue cometiendo un grave error político: no tomar en cuenta las realidades que la gente pretende representar en sus historias, tradiciones, necesidades, deseos, carencias, etc.
Por estas razones, muchos proyectos “Políticos” han fracasado. Muchos movimientos y partidos sólo usan de la cultura, algunas manifestaciones artísticas, solamente para acompañar actos políticos, pero sin preocuparse de cómo cultivar y valorizar lo auténtico de cada sociedad.

  NUNCA PODREMOS GANAR LA BATALLA CONTRA LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA Y CULTURAL QUE NOS IMPONE EL IMPERIO, SI NO DESARROLLAMOS ALTERNATIVAS PROPIAS EN DEFENSA DE NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL.

Nuestra tarea como revolucionarios es luchar por estos valores, y para ello debemos recuperar: los valores y las formas comunistas de trabajo: mientras más cercano a las masas, más unidad de acción, más trabajo colectivo, más fortaleza ideológica, más control celular, más vigilancia revolucionaria y por supuesto más educación política, más cerca estaremos de recuperar nuestra identidad cultural, ya que desde sus inicios, el partido ha estado ligado fuertemente a la gestión cultural, destacándose por su histórica dedicación a esta, desde la labor realizada por diversos dirigentes, quienes se valieron del arte como arma política, hasta las iniciativas más actuales que se han utilizado para desarrollar nuestra política a través del arte. Es así como hemos contado siempre con notables artistas en nuestras filas, quienes han forjado un fuerte legado cultural, contando así con una permanente creación de la cultura de izquierda.
Cabe mencionar, que el trabajo cultural de los comunistas, no debe ser ni es cualquier acercamiento, es el contrario dialéctico a la cultura generada por el sistema, aquella cultura oficial impuesta por los medios de comunicación y concebida para oprimir, para no pensar, que dé cuenta de la diversidad y por sobre todo que sea un rescate de lo popular, que se constituye como nuestra identidad de clase.

En este sentido nuestro deber como partido y juventud, es ser el motor propulsor del un movimiento cultural, para el cual es necesario dejar de lado ciertos sectarismos, sesgos y prejuicios que persisten en nuestras filas especialmente en lo que se refiere a nuevas expresiones culturales, sin valorar la esencia contestataria que muchas de estas tienen, y que son fuente primordial de la cultura de nuestros pueblos.

Necesitamos por lo tanto, pensar y actuar como revolucionarios, dándole el significado real a las palabras claves como: libertad, unidad, organización, democracia, participación, socialismo, liderazgo, poder.etc. De más está decir que existen hoy condiciones muy objetivas y subjetivas que hacen tremendamente factible el trabajo político por medio de la cultura, dado que la cultura tiene un probado poder aglutinador y movilizador de la gente adulta y joven. Además, debemos considerar que la necesidad cultural se ha instalado en el inconsciente colectivo de nuestra sociedad, existiendo un encendido interés de los jóvenes por expresarse artísticamente, como una forma de rebeldía.
El trabajo del partido hacia los jóvenes debe ser sin intenciones impositivas, ni manipuladoras, de ser así caeríamos en la forma de política tradicional, lo cual nos generaría un efecto contraproducente. La cultura debe ser una herramienta de llegada e inserción en la juventud, para pasar a ser un arma de construcción social.
Siendo coherente con lo aquí planteado y con las orientaciones que debe asumir el partido con respecto a la cultura, es que se debería de luchar por posicionar al partido y la juventud de una clara política cultural de masas.
Uno de los objetivos centrales de la discusión a desarrollar es darle un nuevo impulso a la mística militante, poniendo el centro de nuestro quehacer el sentido de ser comunista, mediante el rescate de nuestros símbolos, la historia de nuestros principales artistas del pasado y futuro y reposicionar el carácter del compromiso político, es decir, no sólo abandonar la mirada unilateral de éste, centrada solo en la acción cultural o artística instalada en el vacío social, sino luchar por rescatar su pensamiento, conciencia y el compromiso social, que siempre los caracterizó en sus obras y en todas sus dimensiones.
Pensamos que debemos aprender del sentido profundo que se le debe dar a la cultura como creación popular, como elemento de lucha contra la ignorancia y los vicios que somete el neoliberalismo en los pueblos.
Por esto es muy necesario que desde el partido y la juventud se realice un trabajo en todos los planos de acción, en donde la cultura se transforme en política y la política se transforme en cultura.
Queremos y debemos construir una cultura en movimiento, un espacio amplio y serio, en el que se discutan y difundan los debates del mundo cultural y la lucha contra el neoliberalismo; crear un centro del pensamiento y la acción donde confluyan las diferentes  experiencias del canto popular, la poesía, la lectura, la pintura, etc. Y que sirva para las propuestas innovadoras, unitarias y responsables. Con un trabajo de corto, mediano y largo plazo, ya que la cultura no es sólo para quien la realiza sino para quien la observa y se nutre de ella. No es algo exclusivo de un sector o grupo determinado. Todos somos capaces de crear, por lo tanto, todos tenemos que ser capaces de abrir espacios a nuestra cultura.
Por ultimo al hablar de nuestras culturas es necesario provocar la inclusión como actor fundamental del desarrollo cultural a los trabajadores y a los estudiantes, y no dejar a fuera temas como la injusticia, los DD.HH, la conciencia social y el desarrollo de nuestras sociedad.
En definitiva Cultura y Política van siempre de la mano. Política y Ética son imprescindibles.

viernes, 5 de noviembre de 2010

SINDICALISMO REVOLUCIONARIO


Nuestro Compañero Félix Herrera, asistió a la reunión de encargados de Edificios, gremio está bajo el poder del sindicalismo peronista (SUTERH) con Victor Santamarina enquistado en su mando. En esa reunión se presentó este documento al movimiento obrero y su espíritu se aplica a todos los espacios y organizaciones obreras que hoy en día están dependiendo de un sindicato que no hace respetar los derechos, ni escucha las necesidades de la clase obrera a la cual deben representar contra el poder.


Es posible que a mediados del mes de agosto, nuevamente diferentes agrupaciones de encargados de Edificios hagamos un nuevo plenario, buscando de darle al Frente Nacional de Trabajadores de Edificios (organismo creado en el año 2008 en la Plata) un contenido Político,
Social y Cultural, que nos dé las herramientas necesarias para la lucha por otro sindicalismo.

El Sindicalismo es un arma de Combate de los Trabajadores. El sindicato no ha existido en todas las épocas. Para comprender al sindicato como una organización brotada de las necesidades de los trabajadores, es preciso situarlo en el marco del propio período histórico en que ha sido posible su existencia.

El capitalismo ha hecho más simples los antagonismos de clase, dividiendo a la sociedad, cada vez más, en dos campos muy opuestos: La Burguesía, por una parte y el PROLETARIADO, por la otra. La burguesía, por medio de la producción industrial, concentra a los trabajadores en las fábricas, esto los pone en condiciones de adquirir una clara conciencia de clase.
El proletariado, como clase que sólo pudo nacer bajo estas condiciones históricas, encontró en el sindicato una forma más eficaz de lucha contra la burguesía por mejorar sus condiciones de trabajo y salarios.

El Sindicato es una importante expresión espontánea de la lucha de clase obrera y la burguesa.
Ésta brota del desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad, en consecuencia, el sindicato no pudo nacer en las formas sociales de producción anteriores (no pudo nacer en la comunidad primitiva, ni en la esclavitud, ni en el feudalismo); sino que únicamente pudo surgir bajo el régimen de producción capitalista.

De esto, extraemos dos conclusiones:

1) Que el sindicato, organización de lucha de la clase obrera, fue posible hasta que el desarrollo de las fuerzas productivas engendró al proletariado.

2) El sindicato no ha nacido del capricho o del deseo idealista de uno o más "agitadores”, sino que asienta sus bases sobre la esencia misma del sistema capitalista de la miseria y la explotación de unos hombres sobre otros.

¿Qué es el Sindicato?

El sindicato es una organización de lucha de los trabajadores, reunidos para la defensa de sus intereses comunes.

Estos intereses son:

-  Económicos:

-  Lucha por mejores salarios

-  Lucha contra el alto costo de vida

-  Sociales: Condiciones mejores de trabajo, Reducción de la jornada de trabajo, Derechos a la salud, vivienda y esparcimiento.

-  Políticos: Lucha por la promulgación y ampliación de un código de trabajo que legalice sus conquistas, Lucha por hacer efectiva la Democracia, Fomentar la Paz, Lucha por la liberación del país de los grandes intereses extranjeros.

La palabra "Sindicato” tiene su raíz en la palabra “Síndico”, y esta es la persona encargada de defender los intereses de una comunidad, con lo cual se quiere significar, que cada miembro de un sindicato es un defensor de los intereses colectivos de todos los trabajadores.

¿Qué es Instinto de Clase y que es Conciencia de Clase?

Hemos visto que el sindicato es la expresión espontánea de la lucha entre los patrones y los trabajadores, ¿por qué decimos “expresión espontánea”?

La organización Sindical no indica que los trabajadores tengamos conciencia de clase, sólo indica que tenemos "Instinto de Clase”, o sea, sabemos que hay necesidad de unirnos para defendernos de la explotación del poder. En otras palabras, nosotros nos agrupamos en el sindicato porque sentimos a la explotación y porque instintivamente comprendemos que unidos podemos luchar por mejores salarios y mejores condiciones en el trabajo. Pero hasta allí, no sabemos cómo se origina la explotaciòn, de donde proviene, no sabemos si es posible terminar con la explotación ni como es posible realizar esto.

Por eso decimos, que al organizarnos en sindicato, estamos demostrando nuestro “instinto de clase” al que luego debemos convertir en “Conciencia de clase”, para que nos impulse a una lucha a fondo contra nuestros explotadores.

¿Qué es Conciencia de clase?

Conciencia de Clase, es comprender que debemos unirnos todos los trabajadores, no sólo para defendernos de la explotación, sino también abolir la explotación, para liberarnos de ella.
De esta forma, para que los sindicatos sean verdaderamente consecuentes con los intereses de los trabajadores y del pueblo, debemos luchar incesantemente por elevar su nivel de conciencia de clase para que estén en mejor capacidad de ser palancas que ayuden efectivamente al trabajador en la tarea esencial de liberarse de toda injusticia.
De aquí la importancia de luchar contra las tendencias sindicales inconsecuentes que buscan rebajar el nivel de conciencia del trabajador.

Corrientes Sindicales

Siendo que el sindicato tiene por finalidad la defensa de los intereses de los trabajadores y que constituye un arma poderosa de los trabajadores para conquistar sus reivindicaciones inmediatas, es lógico que la clase dominante se esfuerce por infiltrar su influencia dañina dentro del propio movimiento sindical para desviarlo de los objetivos que persigue, y de esa manera, obscurecer la conciencia de la clase trabajadora.

Eso explica por qué dentro del movimiento sindical existen varias corrientes ideológicas, que luchan por dirigirlo. Es de primera importancia comprender esto, para estar en capacidad de desempeñar un papel consciente dentro de las organizaciones de los trabajadores.

Las principales tendencias, dentro del movimiento sindical son tres:
1) El sindicalismo Reformista o antirrevolucionario.
2) El anarco-sindicalismo
3) El sindicalismo Revolucionario

El Sindicalismo Reformista:
A los sindicatos dominados por esta tendencia suele llamárselos “Sindicatos Amarillos”.
Esta tendencia oportunista se presenta bajo una variedad de aspectos. Cambia de formas y matices, al parecer sin conexión entre si, pero todas están enfiladas al logro de un mismo objetivo fundamental: Frenar la energía revolucionaria de la clase trabajadora, para que la clase patronal pueda disfrutar prolongadamente de los privilegios que le otorga su dominante posición.
Algunas de las formas que adquiere la tendencia reformista son:

1) Sindicalismo Oficializado
2) Sindicalismo “Social-Cristiano”

En estas organizaciones, los dirigentes se convierten rápidamente en activos agentes de las oligarquías dominantes y transforman a sus sindicatos en verdaderas oficinas gubernamentales. De estas “oficinas” o sindicatos está desterrada totalmente la democracia sindical. Las camarillas de dirigentes asaltan los puestos de dirección utilizando todos los medios de imposición, fraude en las votaciones, sofocación sistemática de la voluntad de las mayorías, e incluso, instauran como medida, el gangsterismo y las bandas armadas (hoy vinculadas con las patotas del futbol).

- Sindicatos Peronistas o Justicialistas (Sindicato Oficializado):
Esta corriente sindical adquiere especial importancia para el conjunto de los trabajadores de nuestro país.
El peronismo despliega una ensordecedora propaganda alrededor de insignificantes concesiones hechas con los trabajadores, para impulsarlos a creer que el gobierno es el padre tutelar, el "ángel de la guarda”, el protector y defensor de los intereses de los trabajadores frente a los patrones. Pretende hacer creer que está en una posición intermedia, que condena al capitalismo y sus métodos de explotación y condenando al mismo tiempo al comunismo.

El peronismo se asienta en los sindicatos con los sostenes de su política, corrompiendo en forma tal a los dirigentes sindicales que, cegados por los favores oficiales y por su ventajosa situación personal, no tienen ningún escrúpulo en anteponer los intereses del régimen capitalista y los personales por sobre los intereses vitales de la clase trabajadora. La acción del peronismo no se limita a las que efectúan desde adentro de los sindicatos los dirigentes vendidos, que junto al gobierno se esfuerzan por cambiar la mentalidad revolucionaria de los trabajadores.

Esta demagogia engaña fácilmente a grandes cantidades de trabajadores/ras, pues aquellos trabajadores que aún no han elevado su conciencia de clase, con vista corta y estrecha, se conforman con pequeñas y engañosas mejoras económicas.

En su esencia, el peronismo defiende los intereses de los capitalistas; pues a costa de subsidios y concesiones relativas, consigue su consentimiento para desarrollar un estrecho y engañoso plan de prestaciones sociales (salud, vivienda, etc.)

En nuestro país, es muy peligroso este sistema sindical en particular, porque la negación a luchar por los derechos de los trabajadores, como el bajo nivel de conciencia revolucionaria de las masas, los convierten en terreno abonado para la demagogia de los gobiernos de turno, y más con aquellos que tienen inclinaciones “peronistas”.

Por esta razón los trabajadores más conscientes deben combatir implacablemente esta teoría reaccionaria, desenmascarando a todos los oportunistas que traten de entregar el movimiento sindical a manos de los empresarios y gobiernos de turnos.

El sindicalismo revolucionario:

En constante lucha contra todas estas tendencias o desviaciones sindicales se encuentra el sindicalismo revolucionario, única teoría y práctica que representa el espíritu genuino y combativo de los intereses de la clase trabajadora.

El sindicalismo revolucionario se basa científicamente sobre las condiciones materiales en que se desarrolla la sociedad humana, no disimula hipócritamente las contradicciones entre las clases sociales, no provoca artificialmente choques innecesarios.  
Aprovecha todas las circunstancias favorables para los trabajadores, los prepara, los fortalece y los arma ideológicamente para la lucha diaria y definitiva.

Ya hemos visto que las desviaciones reformistas obscurecen la conciencia de clase de los trabajadores. El sindicalismo revolucionario, por el contrario, facilita a la clase trabajadora la elevación constante del nivel de su propia conciencia de clase.
El sindicalismo revolucionario sostiene que los trabajadores debemos prepararnos, no sólo para la lucha económica cotidiana contra los empresarios, sino también para la lucha política a través de nuestro sindicato.

El sindicalismo revolucionario lucha por la más completa unidad de todos los trabajadores, ya que los trabajadores no contamos con más armas que launidad y la organización en nuestra lucha diaria contra la explotación y la miseria, por eso, dentro de los sindicatos no puede haber distinciones ni discriminaciones por diferencias religiosas, por partidos políticos, por raza, color y sexo.

Por eso el sindicalismo revolucionario delimita perfectamente bien los campos entre un sindicato y un partido polìtico. Los sindicatos NO SON NI PUEDEN SER UN PARTIDO POLÌTICO.

El sindicalismo sostiene que los sindicatos deben ser totalmente independientes del Estado, del clero, de los empresarios.
El sindicalismo revolucionario exige respeto a la DEMOCRACIA SINDICAL, y se deben respetar los acuerdos y resoluciones que emanan de las bases, que son el resultado efectivo de la voluntad de las mayorías libremente expresadas.
 Y ese fallo de las mayorías se respeta y se cumple. El sindicalismo revolucionario exige honestidad absoluta a sus dirigentes sindicales, no tiene lugar para los dirigentes corruptos, vendidos, oportunistas y traidores de la clase trabajadora. Por eso, esta clase de dirigentes combate al sindicalismo revolucionario que desenmascara sus maniobras perjudiciales para el conjunto de los trabajadores/ras.

Por estas razones, en el seno del sindicalismo revolucionario se pone en práctica LA CRÍTICA Y LA AUTO-CRÍTICA para poder descubrir nuestros fallas y errores, encontrar sus causas, efectos y superarlos en beneficio de la lucha colectiva.

Es absolutamente cierto que la forma en que los trabajadores/ras estemos organizados tiene gran importancia para utilizar nuestra fuerza con mayor efectividad. Es de mucha importancia para el movimiento sindical la estructura orgánica, pero sería un grave error, que de esto dedujéramos que la estructura orgánica es decisiva en los sindicatos.
NO!, la capacidad de un sindicato y la fuerza en su lucha por los derechos de los trabajadores/ras está en relación directa con la orientación ideológica que tenga.

Esto lo vemos a diario en los sindicatos actuales. Estos sindicatos, a pesar de tener en sus arcas grandes cantidades de dinero y de hacer gala de una organización que tiene bien ajustados todos sus departamentos, y que poseen órganos de publicidad, lamentablemente claudican ante las pretensiones empresariales y buscan hacer vegetar al movimiento de los trabajadores en una angustiosa sensación de impotencia y frustración.
Estos sindicatos son, a lo sumo, gigantescos organismos que alimentan a una casta de dirigentes burócratas entregadas en brazos de los enemigos de clase trabajadora.

Lo verdaderamente importante es organizarnos en la forma que se nos facilite más la unificación de todos los trabajadores, lo importante es la unidad y que ésta unidad esté orientada por una teoría de avanzada, en la que la teoría del sindicalismo revolucionario. Un Sindicato puede lograr tener mucha cantidad de trabajadores/as, pero si no está armado bajo una  teoría clasista, pasa a ser nulo y muy dañino a los intereses de los trabajadores.

Los empresarios temen a esta forma de la organización sindical, de lo contrario no harían resistencia a la conquista del derecho sindical de los trabajadores, ni colocarían tantas trabas a la legalización de nuevos sindicatos.
Debemos luchar por sindicatos únicos y poderosos. La forma y la organización tienen gran importancia para una mejor lucha sindical, pues la organización de los trabajadores en grandes sindicatos hace mejora su alto nivel de solidaridad y ayudan en mayor grado a borrar las diferencias.

La solución del problema y la armonización entre la forma y la esencia consiste, en la unidad de grandes organizaciones sindicales dotadas de un alto nivel de conciencia de clase y espíritu revolucionario y es aquí donde se revela toda su trascendencia y la necesidad de luchar implacablemente contra toda tendencia oportunista.

Cuando los sindicatos están dispersos, sin un lazo de unión que coordine sus actividades, el movimiento trabajador camina a ciegas, dividido y confuso. Muchos trabajadores se preocupan en forma individual de su respectiva situación sin preocuparle las condiciones en que vive el resto de los trabajadores/ras del país.

Compañeros/ras es el momento de que nos demos cuenta de nuestras fuerzas.
Luchemos contra todo lo que se oponga a ese objetivo.
Por un movimiento sindical libre, independiente, clasista, solidario y combativo.

Compañeros/ras encargados de edificios es el momento de que nos demos cuenta de nuestras fuerzas, que nos demos cuenta de lo que puede llegar a hacer este Frente Nacional de trabajadores de Edificios.
Luchemos contra todo lo que se oponga a ese objetivo, por un movimiento sindical libre e independiente, solidario, combativo y clasista.

Prensa Avanzar Nº13